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Charlando sobre el café

Charito Távara: “los niños con discapacidad pueden participar en el aula siempre y cuando les demos oportunidades para hacerlo”

10 de octubre de 2022

Conversamos con Charito Távara, profesora de segundo grado de primaria y especialista en inclusión educativa, para conocer las buenas prácticas de inclusión en la escuela básica regular.

 

Ya con la vuelta a la presencialidad, ¿cómo ha sido su experiencia implementando medidas de inclusión en el aula?

Después de la pandemia tenemos un aula mucho más diversa en cuanto a los niveles de aprendizaje de cada estudiante. A mi salón han llegado niños/as con procesos de lectoescritura inconclusos. En casa los padres han hecho el mayor esfuerzo, pero no son pedagogos, y también muchos alumnos no han tenido acceso a la tecnología.


Por ello, hoy la inclusión es un reto mayor, porque no solo hablamos de estudiantes con discapacidad, sino también de estudiantes con diversos saberes. El trabajo es más demandante, pero también de mayor satisfacción cuando motivamos a nuestros estudiantes a que sigan avanzando y se nivelen.

 

¿Cuál es la clave para trabajar con un aula diversa?

La diversidad en el salón de clases me lleva a mí a diversificar todo el currículo y para hacerlo es fundamental partir del conocimiento previo de mis estudiantes.


Por ejemplo, ahora estoy usando una plataforma virtual que se llama Dide, de España. Es una herramienta que me ayuda a observar y conocer las necesidades y saberes previos de mis estudiantes a través del recojo de información de sus padres y familiares cercanos. Es muy importante usar estas tecnologías porque nos ayudan a ahorrar tiempo y a conocer a nuestros estudiantes. En base a esto, en tiempos oportunos, podemos planificar con pertinencia de acuerdo a las fortalezas y necesidades de cada niño/a.


Con la presencialidad puedo ir verificando todos esos resultados y darle a cada uno lo que necesita. Esto es vital porque a los docentes nos toca adaptarnos a las necesidades de nuestros estudiantes. El estudiante no es quien tiene que adecuarse a la escuela o al docente, nosotros tenemos que ver de qué forma el alumno puede aprender mejor y que esos conocimientos le sirvan para la vida.

 

¿Cómo es el trabajo con sus alumnos con discapacidad?

Actualmente mi clase es bien diversa. Tengo alumnos sin discapacidad, con autismo, síndrome de Down, dislexia, discapacidad intelectual y problemas de aprendizaje. Con todos ellos trabajo con material concreto y con algunos niños tengo que acercarme de manera personalizada.


Por ejemplo, hoy les estaba enseñando el triple de un número y como hay estudiantes que aún no logran aprender el doble, entonces cuando hacíamos actividades y quería que participaran todos, a cada quien le preguntaba de acuerdo a sus saberes previos y los retos que tenía previstos para ellos.

Cuando tocaba hablar del triple les preguntaba a los estudiantes que ya lo tenían más aprendido, y si tenían más nivel, les dejaba ejercicios con cantidades mayores.


Lo importante es que los estudiantes aprendan, si lo hacen con una cantidad menor, está bien, pero primero tienen que entenderlo. También trabajo con material variado accesible para cada uno. Tengo imágenes plastificadas ya listas, dibujos, hojas cortadas, letras, etc.


Hoy también estábamos construyendo un acróstico y justo era sobre la educación inclusiva. Con mi estudiante con dislexia lo que hice fue dejarla que lo arme con imágenes, y para eso ya tenía listo mi material. La idea es que todos trabajen el mismo propósito de aprendizaje en diferentes niveles y con materiales adecuados que les permitan aprender según sus características.

 

¿Cómo trabaja la inclusión con sus estudiantes sin discapacidad y con las familias?

He sensibilizado a los alumnos a través de historias y cuentos. También he hecho talleres con las familias y ellos están convencidos de que todos los niños tienen derecho a recibir educación, que todos tienen diferentes ritmos y que los niños con discapacidad pueden participar en el aula siempre y cuando les demos oportunidades para hacerlo.

 

¿Cuáles son las barreras que ha encontrado al aplicar adaptaciones para los niños con discapacidad?


Las barreras son actitudinales. Es necesario que desde el Estado se realice una sensibilización profunda del respeto a la diversidad y que en redes sociales se difunda el modelo social de la discapacidad que dice que la responsabilidad de la inclusión está en la sociedad, no en las personas con discapacidad. Si se trabajara de manera conjunta se combatirían esas barreras.

En cuanto a los docentes falta capacitación. Yo hice mi tesis de maestría sobre actitudes de los docentes frente a la educación inclusiva, y los resultados fueron muy negativos, pero era por falta de formación.


No hay coherencia con la formación inicial y lo que se espera que hagan los maestros en el aula. Por ejemplo, creo que las escuelas de educación superior pedagógica tienen en el sexto ciclo algo de educación inclusiva e interculturalidad, pero en la mayoría de universidades, en las facultades de educación no hay.


La formación del docente en servicio también debe ser atendida, porque ellos la están pasando crudo y necesitan estrategias, ejemplos y un acompañamiento. Estoy segura que si se les da esos referentes van a poder avanzar.

 

¿Qué recomendaría a los docentes para que se animen a implementar medidas de inclusión en sus salones?

Hagamos el esfuerzo para que todos los estudiantes tengan aprendizajes significativos, no todos al mismo nivel porque va a ser difícil más aún después de la pandemia, pero lo importante es ver logros en cada uno de los estudiantes.

De repente mi estudiante entró sin saber ni un número, pero ya empieza a tener la noción de cantidad. Otro ya sabía los números, y ahora ya aprendió a resolver situaciones problemáticas. Esos avances se consiguieron gracias a todo el conocimiento previo que tengo como docente sobre mi alumno.


En el camino vamos aprendiendo, pero el punto de partida es atrevernos, dejar de ponernos muros, hay que hacer frente a todos los retos, preguntar a los padres e inclusive tener como aliados a nuestros mismos estudiantes.


Por ejemplo, podemos tener un estudiante que por ahí se atrasa, y su compañero le muestra cómo está avanzando, y se apoyan juntos. No quiere decir que voy a delegar en mis estudiantes mi responsabilidad, sino que es un apoyo que surge en un contexto de aprendizajes colaborativos.

 

¿Cuáles son las ventajas de la educación inclusiva?

La inclusión les ayuda a los niños a ser respetuosos y tolerantes. Les enseña a vivir en un ambiente en el que se valora la diversidad teniendo en cuenta que cada uno tiene su ritmo, en un espacio en el que no se les compara ni se pretende que todos sean iguales.


Desarrollar prácticas inclusivas en la escuela es necesario, porque es un escenario ideal donde se aprende a vivir los valores humanos y gracias a eso vamos a tener una sociedad que valora, respeta y acoge a la diversidad, por lo tanto, una sociedad más humana.

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